Es tal el desorden monetario en Venezuela que ahora hasta los uniformados podrán “producir” dinero digital, bajo el amparo de la “Ley Constitucional Antibloqueo para el desarrollo nacional”, de reciente aprobación por parte del gobierno de ese país. El citado instrumento legal tiene como finalidad “contrarrestar, mitigar y reducir” el conjunto de sanciones que, desde hace algún tiempo, han sido impuestas al gobierno venezolano por distintos países y organizaciones internacionales.
Es así como el ejército de la nación caribeña dispondrá de una nueva dependencia que ha sido denominada Centro de Producción de Activos Digitales, mediante la cual podrán elaborar criptomonedas en “tiempo real”. Tal proyecto representa, según el ente militar, una fuente de ingresos “imbloqueable”, que además cuenta con granjas de minado y líneas de refacción para la producción de criptos en “tiempo real”, con lo cual dicen asegurar ingresos para el bienestar de su personal.
La actividad estará bajo la supervisión del organismo regulador de las actividades relacionadas con criptomonedas en el país, la Superintendencia Nacional de Criptoactivos y Actividades Conexas. En su intento por generar recursos financieros, la administración de Nicolás Maduro ha acudido a diversas vías para evadir las penalizaciones internacionales que le han sido impuestas a su gobierno. Una de ellas fue la creación de su propia moneda digital, denominada Petro, la cual, a dos años de su lanzamiento, aún no ha podido comprobar su efectividad ni ha ganado la confianza de inversionistas locales o foráneos.
Y efectivamente es la confianza la base sobre la cual se cimentan los criptoactivos, ya que al no tener como cualquier moneda el respaldo de un bien físico, que además viene dado por la oferta y demanda en la compra y venta y la aceptación de los comercios y plataformas como método de pago. Entonces, la pregunta es: ¿funcionará este nuevo proyecto de “granja minera”, generando los recursos necesarios para subvencionar las actividades del ejército venezolano? En esta oportunidad, la respuesta no salta a la vista…